miércoles, 23 de marzo de 2011

jueves, 10 de marzo de 2011

El "Sakhasonke Village" En México.

Concentrar a la población, esa parece ser una opción a la incapacidad de las grandes ciudades por absorber a más y más habitantes, con ello se pretende lograr la reducción de los costos de la tierra y servicios además de integración de los menos favorecidos a la ciudad y pretender no agrandar la mancha urbana, pero si promoviendo su densificación.  Esos son algunos de los objetivos de este tipo de programas de vinculación interinstitucional, que pretenden Densificar comunidades heterogéneas, lo cual se logrará a través de la sinergia entre Municipios locales, ONG´s, líderes provinciales y organizaciones que se encarguen de promover y buscar esta convergencia interinstitucional.


Concentración de la población, se muestra así como el objetivo para poder brindar mejores servicios, además de proveer viviendas a la sociedad con ayuda del Estado,  pretendiendo con ello lograr una especie de ciudad virtuosa, llena de planeación urbana porque "Si se planifica bien, la densificación puede resultar en mejores condiciones de vida interna y externa siempre dentro de la cuantía de la subvención del gobierno" lo cual se nos presenta como una buena opción ante el problema de los Slums en el Tercer Mundo.


¿Pero qué pasa en el caso mexicano?
En México ha tratado de adoptarse este tipo de modelo de densificación demográfica en algunas regiones del país, tal es el caso de las Ciudades Rurales el Chiapas, que si bien no son soluciones a Slums urbanos sino esfuerzos gubernamentales por brindar a la población excluida una oportunidad para el desarrollo.
En ellas vemos los principios básicos de este modelo densificador... se acercan a las personas para poder brindarles servios de calidad y disminuir a su vez costos.


En este tipo de solución es de vital importancia el papel que juega el Estado además del papel de las organizaciones internacionales en conjunto con la sociedad civil organizada, pues nada de esto se podría lograr si no se logra vincular con éxito a todas las organizaciones, en conjunto con su discurso en el cual se descubre la preocupación por el desarrollo social,

La fractura de la noción moderna del Espacio público.

La ciudad es de todos por lo tanto es de nadie.
La ciudad es de todos por lo tanto es mía.

¿Cuál es la diferencia? Quizá entre la utopía armónica y la conflictiva realidad no existan más de dos palabras -al menos en el discurso teórico- pero en la realidad, la diferencia radica en lo que es y no lo que no es. La ciudad es de todos y por lo tanto es mía, se vuelve así la frase con la que más personas podrían identificarse y justamente en ella radica lo que es, una ciudad de la que todos se creen dueños y llena de distinciones sociales.

Una ciudad desvirtuada en donde la realidad supera cualquier expectativa de esperanza, es la ciudad en donde vivimos... entre discriminación sublime y exclusión social, la ciudad dista de ser perfecta, pero no por eso deja de ser el depósito de miles de cientos de sueños por cumplir. Es aquí en donde cabe el espacio público y el alcance de éste.

Una ciudad con calidad de vida es una ciudad en donde el espacio público es el necesario para poder proveer a sus ciudadanos de espacios libres, en donde pueda generar vínculos sociales, redes, construir sociedad. Pero cuál es el límite del espacio público, la respuesta puede ser obvia, su límite es el espacio de lo privado. Un espacio en donde la libertad no es la mayor característica y por lo contrario pretende en ocasiones volverse un engañoso tipo de espacio público, pero con restricciones.

La Alianza... Deep Democracy.

Programa de Agricultura Urbana. El Rosario, Argentina.

La Crisis... eterna culpable de los males que aquejan a las sociedades modernas y Argentina no se queda atrás.
Pero no siempre la crisis trae cosas malas, en este caso trajo la oportunidad de ver horizontes que no existían antes para nosotros o ellos dependiendo el caso.


Ante la falta de empleos y oportunidades dentro de la vida laboral normal, provocada por la Crisis que sufrió Argentina en la primera década del siglo XXI, parecía no haber muchas posibilidades y mientras el gobierno se ataba de manos, la población de dicho país, no tenía ni que llevarse a la boca. Ante esto, es cuando los gobiernos locales, deciden actuar e implementar un programa en donde aparte de promover la participación ciudadana la ocupaba en algo productivo.

Así es como el  "Programa de Agricultura Urbana” pretendía procurar seguridad alimentaria a los ciudadanos además de lograr y fortalecer vínculos sociales, y a su vez lograr que estos se interconectaran con sus correspondientes gobiernos locales. El financiamiento de dicho programa provenía tanto del gobierno como de algunas organizaciones civiles. Este tipo de organizaciones y programas en la generalidad se dan buscando el beneficio de cierto grupo focalizado, pero no por eso excluyente  sino todo lo contrario, organizaciones como ésta pretenden generar una especie de círculo virtuoso, en donde el desarrollo provenga de la misma sociedad, pero siempre con ayuda de ciertos organismos y del gobierno mismo, es decir... "democracia participativa".

Mejoramiento de las comunidades de Los Manantiales -El Salvador, FUNDASAL-



Legalización de la tierra donde se habita.
Sin papeles, sin servicios, sin una vivienda digna. Pero sí con la decisión de permanecer. Cuando hablamos de Los Manantiales en El Salvador, hablamos de un caso en donde todo lo que antes se afirmo, ocurre. La calidad de vida del lugar es evidentemente baja, si comenzamos por decir que no tienen servicios, ni escrituras y terminando por la necesidad de desalojo de algunos habitantes ante el riesgo de morir por las malas condiciones del lugar. Una especie de Slum salvadoreño, que ha servido como punta de lanza para implementar un programa de asistencia social en donde lo que se pretende es dignificar la calidad de vida los habitantes de El Manantial, todo esto a través de la cooperación internacional –basada en acuerdos de los países desarrollados para coadyuvar con los países en vías de desarrollo y lograr que éstos puedan desarrollarse-.

Las organizaciones de la sociedad civil -y la no tan civil- no se hicieron esperar, y es así como aparece FUNDASAL, como la organización vinculante de todos los actores participantes en la mejora de la calidad de vida de este lugar llamado El Manantial, y en donde el primer paso era legalizar la tierra, lo cual traería consigo la evaluación de posibilidades de habitabilidad, es decir, se evaluaría el riesgo de la zona habitada; además de tener como principal objetivo la dignificación de la vivienda existente en ese lugar.

El programa resultó bastante exitoso y se pudo otorgar respuesta a muchas de las demandas de la sociedad de este lugar. Es decir, la cooperación interinstitucional puede darse y también rendir frutos que beneficien a la ciudadanía, quizá sea sólo un paliativo para esta problemática... pero es una buena alternativa.

PLANET OF SLUMS


En las últimas décadas la población mundial ha sufrido grandes cambios, entre ellos dejar de ser rural para convertirse vertiginosamente en urbana. Los fenómenos migratorios y la esperanza eterna de una mejor vida que ofrece la ciudad, hace que cada vez más personas lleguen a ellas con un poco más que sueños por cumplir. Y ¿qué pasa con toda esa gente? Es evidente que las ciudades tienen límites, tanto naturales como administrativos sin olvidar los sociales, pero pareciera que los migrantes ignoran ese punto y deciden –a pesar de esto- mudarse a la ciudad, ante la promesa de una vida moderna.

Es justamente este anhelo por la modernidad lo que ha llevado a cientos de miles de personas a ser parte de lo que en México conocemos como Ciudades perdidas –Slums, es el término en inglés- las cuales surgen como parte de la incapacidad de las ciudades, principalmente del tercer mundo para absorber a más habitantes y darles condiciones dignas de vivienda.

Nos vemos así inmersos en un problema que lejos de ser algo pasajero, parece no tener solución y cada vez sumar a más personas en esta clasificación, tanto así que en México se habla de casi un 20% de sus habitantes viviendo en lugares equivalentes a un Slum hindú. Las nulas condiciones de habitabilidad, la falta de recursos y servicios, entro otros no es suficiente para hacer menos atractivo un pedazo de tierra, cuando este pedazo de tierra representa la posibilidad de ver cumplido un sueño, el de ser habitante de la ciudad.

¿Qué pasa entonces con todas estas personas que a pesar de todo deciden vivir en lugares de alto riesgo, tales como barrancos o ex-rellenos sanitario? No pasa nada, a algunos puedes obligarlos a salir de esos lugares, pero habrá quienes estén más que decididos a permanecer ahí, sin importar nada. Ellos se han convertido entonces en la otra cara del sueño por la modernidad, la cara de la promesa incumplida y uno de los sectores que corre con más peligro y que más peligro representa para cualquier gobernante.

Así es como el sueño por la “libertad positiva -de Amartya Sen- que es la capacidad real de una persona de ser o de hacer algo se ve mermado e incluso mutilado justo cuando no se tienen las condiciones necesarias para poder satisfacer las necesidades mínimas de cualquier humano. Entre ellas una vivienda digna. Vamos pues por la búsqueda de la dignificación de estos habitantes de la ciudad, por otorgarles su derecho a la libertad positiva... vamos, comenzado por el discurso.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Tepito... primer mundo, no gracias.

Si tepito dice que no muchas gracias al primer mundo, es porque evidentemente no es parte de él, sino quizá del tercero –mundo-. Hablar de Tepito es hablar de cosas difíciles, con sólo escuchar la historia del por qué del nombre del barrio, nos damos cuenta de la complejidad reinante del lugar. “Tepito es sólo el nombre del barrio, la colonia es La Morelos, pero antes cuando era muy inseguro los mismos vecinos tenían un  plan de seguridad basado en el chiflido y en donde si pasaba algo –peligroso, raro- en la calle, entonces el compadre que lo vio te pitaba, es decir siempre te decían, Sí pasa algo yo te pito para que sepas. Y de ahí se quedó el nombre del te pito...” –eso me fue dicho por un hombre cuando después de la lectura me aventuré a tomar un taxi y sólo pasar por el barrio, haciendo como que buscaba algo y sólo encontrando respuestas sin preguntas previas.

El barrio se ha convertido en uno de los barrios más emblemáticos –quizá no el sentido suntuoso, sino refererencial- de la ciudad, es pues inevitable que al  hablar de problemáticas del comercio en México del siglo XXI, se hable de tepito, además de tener rasgos característicos de ellos mismos, hablamos de una especie de subcultura, la “tepiteña”. Y es  esta subcultura de la cual se habla tanto en el texto, Tepito: no thanks, first world, y de donde se desprende toda esta idiosincrasia que habla de líderes, del ambulantaje, de la piratería... de su modo de vida.

Un estilo de vida a la tepiteña, en donde “¿la democracia para qué?” Y las decisiones se toman por lideres auto-elegidos, pero si algo no sale bien, entonces sólo se le ignora y todos siguen con su vida igual que antes. Un modo de ser hasta un tanto gandalla, gandalla con todos pero más con el gobierno, pues cuando el gobierno de la ciudad cree que ha logrado una buena negociación con ellos, resulta que el líder, ya no es su líder y ahora no hay acuerdos. Una vida llena de inestabilidades, pero también llena de camaradería y de sueños cumplidos –los propios y los de otros-  de sueños cumplidos porque Tepito es el oasis de los mitos comerciales, en donde igual te encuentras un bolso Louis Vuitton “Clonado” que a un niño escolar haciendo la tarea dentro del puesto, mientras papá que no fue a la escuela vende ese bolso clonado para asegurar los sueños de pequeño y cumplir los sueños de la señora clasemedia.
Tepito es en sí, y para sí. 

Capitalismo amarillo... historia de ocasión.

http://capitalismoamarillo.net/exposiciones/