Si tepito dice que no muchas gracias al primer mundo, es porque evidentemente no es parte de él, sino quizá del tercero –mundo-. Hablar de Tepito es hablar de cosas difíciles, con sólo escuchar la historia del por qué del nombre del barrio, nos damos cuenta de la complejidad reinante del lugar. “Tepito es sólo el nombre del barrio, la colonia es La Morelos, pero antes cuando era muy inseguro los mismos vecinos tenían un plan de seguridad basado en el chiflido y en donde si pasaba algo –peligroso, raro- en la calle, entonces el compadre que lo vio te pitaba, es decir siempre te decían, Sí pasa algo yo te pito para que sepas. Y de ahí se quedó el nombre del te pito...” –eso me fue dicho por un hombre cuando después de la lectura me aventuré a tomar un taxi y sólo pasar por el barrio, haciendo como que buscaba algo y sólo encontrando respuestas sin preguntas previas.
El barrio se ha convertido en uno de los barrios más emblemáticos –quizá no el sentido suntuoso, sino refererencial- de la ciudad, es pues inevitable que al hablar de problemáticas del comercio en México del siglo XXI, se hable de tepito, además de tener rasgos característicos de ellos mismos, hablamos de una especie de subcultura, la “tepiteña”. Y es esta subcultura de la cual se habla tanto en el texto, Tepito: no thanks, first world, y de donde se desprende toda esta idiosincrasia que habla de líderes, del ambulantaje, de la piratería... de su modo de vida.
Un estilo de vida a la tepiteña, en donde “¿la democracia para qué?” Y las decisiones se toman por lideres auto-elegidos, pero si algo no sale bien, entonces sólo se le ignora y todos siguen con su vida igual que antes. Un modo de ser hasta un tanto gandalla, gandalla con todos pero más con el gobierno, pues cuando el gobierno de la ciudad cree que ha logrado una buena negociación con ellos, resulta que el líder, ya no es su líder y ahora no hay acuerdos. Una vida llena de inestabilidades, pero también llena de camaradería y de sueños cumplidos –los propios y los de otros- de sueños cumplidos porque Tepito es el oasis de los mitos comerciales, en donde igual te encuentras un bolso Louis Vuitton “Clonado” que a un niño escolar haciendo la tarea dentro del puesto, mientras papá que no fue a la escuela vende ese bolso clonado para asegurar los sueños de pequeño y cumplir los sueños de la señora clasemedia.
Tepito es en sí, y para sí.
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